El Real Madrid se proclama por decimocuarta vez campeón de Europa ante el Liverpool.
El Real Madrid afrontaba la final con la ilusión y la fe intactas tras la consecución de La Liga de manera holgada, y las ‘imposibles’ remontadas realizadas en Champions.
El Liverpool, favorito para la final, llegaba con desilusión por la derrota en Premier League pero con un ritmo de competición mucho mayor que el Madrid, que se había dejado llevar en los últimos partidos.
Salah prometía venganza tras la final perdida en Kiev en 2018 con su desafortunada lesión. Luís Díaz emergía como una de las mayores bazas ofensivas del fútbol europeo. Van Djik y Konaté formaban una pareja de centrales imbatibles que no conocía la derrota siempre que habían salido de inicio. Arnold llegaba la final como el mejor lateral derecho del mundo y uno de los mayores generadores de juego del fútbol europeo. A fin de cuentas, el Liverpool era un equipo maduro y con más experiencia que aquel que perdió aquella final de Champions en 2018. Los 'reds' superaban en todas las facetas del juego al equipo blanco.
Pese a todo, la historia se repitió, un Real Madrid replegado atrás soportaba los peligrosos ataques de Liverpool gracias a una férrea defensa y a un ‘majestuoso’ Courtois que volvió a demostrar que es el mejor guardameta del mundo.
El equipo inglés era consciente de que tenía que aprovechar sus ocasiones para materializar su superioridad en el marcador y no sufrir más tarde.
Sin embargo, tras unos 40 minutos muy discretos, el equipo madrileño se adelantaba en el marcador con un gol, que a posteriori, sería anulado con mucha polémica por fuera de juego de Benzema. Era la primera seña del peligro que genera en cada ataque el equipo dirigido por Carlo Ancelotti.
En la segunda parte vimos el mismo partido de todos los años en Champions, la experiencia de los jugadores del Real Madrid pudo con la calidad individual del Liverpool. El gol lo marcó un ‘determinante’ Vinícius tras un pase de un ‘incansable’ Valverde. Los ‘retirados’ Modrić, Kroos y Carvajal demostraron una vez más lo importante que es su veteranía y temple en este tipo de partidos.
Amantes del fútbol, salen jugadores, entran otros, emergen estrellas, se retiran otras, pero el Real Madrid es atemporal y siempre encuentra la manera de imponer su supremacía en el fútbol.
No por nada tiene 14 Copas de Europa, el doble que el segundo que más posee.
No es fútbol, es Real Madrid.
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