Messi alcanza su séptimo Balón de Oro, en una votación polémica y sencilla.
El fútbol toma el atajo fácil. Se viven momentos de penumbra en el mundo del fútbol, este era uno de los pocos ámbitos en el que la tendencia política populista no monopolizaba las opiniones de masas y desarrollaba un poder tan persuasivo sobre las mentes cada vez menos libres de la sociedad.
Tristemente, ya ha conseguido esquivar las barreras de nuestro deporte e instalarse en lo más profundo de su ser.
Este lunes 29 de noviembre en la gala del Balón de Oro en París se vivió un momento esperado y desgraciado para muchos amantes del fútbol, este se vio inundado por una oleada de opiniones sesgadas de muchos expertos del mismo.
Lamentablemente, la sociedad ha llegado al punto de autoconvencerse con valoraciones sin sentido, incluso a buscar la letra pequeña de las cosas para dar la vuelta a una situación que es indefendible.
Las votaciones por el Balón de Oro desprestigiaron el propio premio, haciendo que sea cada vez más difícil creer en él.
Que alguien le diga a Lewandowski que tiene que hacer para ganar el Balón de Oro, un jugador que ha batido el récord de goles en una sola temporada de la Bundesliga, ha sido el jugador más importante de su equipo en las últimas 2 campañas de UEFA Champions League, y que incluso ha ganado una de ellas. En el mismo periodo, ha ganado 2 ligas. Messi es uno de los mejores jugadores de la historia, pero tan solo el nombre no puede valer para repetir un galardón tan importante como el Ballon d'Or. 5 partidos buenos en una devaluada y anual Copa América no deben asegurar un premio así.
Resulta difícil justificar como jugadores como Kanté, gran jugador pero suplente gran parte de la temporada, y Jorginho, ganador de grandes títulos pero sin ser decisivo, estén por delante de jugadores como Benzema, Salah y Cristiano que destacan cada semana en sus respectivos equipos con actuaciones de un nivel muy elevado.
Es complejo ser futbolista hoy en día y que tu principal motivación sea ganar el Balón de Oro. Supone frustraciones para muchos, observar como de forma clarividente los méritos individuales y colectivos cada vez cuenten menos para un premio que tiene nombre y apellidos para los votantes del mismo: Leo Messi.
Quedémonos con los históricos galardones al Golden Boy de Pedri y el Balón de Oro femenino para Alexia Putellas, orgullo del fútbol español. No obstante, duele ver cómo el fútbol se arrodilla ante el fenómeno populista que invade la sociedad.
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