Los Golden State Warriors se encuentran 10-1 en este inicio de temporada trayendo de vuelta ese vistoso estilo que les llevó a la gloria
Fotografía de The Guardian |
A día de hoy, los Golden State Warriors se encuentran en la cima de la conferencia Oeste con el mejor récord de la NBA. Los de San Francisco están rompiendo las expectativas en este inicio de temporada recordando a esos equipos que, no sólo arrasaban, sino que brillaban y asombraban con su juego en 2015 y 2016. Un juego dinámico, con alta circulación de balón, tiradores excelsos y una defensa asfixiante.
Estadísticamente, los seis veces campeones de la NBA asustan. Ofensivamente se encuentran en lo más alto de la liga, algo normal para un equipo cuyo líder en ataque es Stephen Curry. Los anfitriones del Chase Center cuentan con una media de 115,9 puntos por partido (1º de la NBA) lo cual le brinda un offensive-rating de 113,1 (2º de la NBA). Estos número se justifican con la capacidad en el triple de los californianos. De la mano de grandes tiradores como Curry, Poole, Wiggins u Otto Porter Jr. la franquicia se encuentra con 16,2 triples por partido (1º de la NBA) y un 38% en el tiro de larga distancia (1º de la NBA).
Este último dato asusta especialmente, ya que, como bien sabemos, cada vez es más inminente el regreso del otro Splash Brother, Klay Thompson. El 5 veces All-Star volverá en pocas semanas según las últimas previsiones, por lo que le podrá poner punto y final a ese calvario que comenzó aquel 13 de junio de 2019 en el sexto partido de las Finales ante Toronto Raptors, día en el que se rompió el ligamento cruzado de su rodilla izquierda, y que se prolongó en los primeros entrenamientos de la anterior temporada con una rotura de su tendón de aquiles. Recordemos que, antes de la lesión, Klay era un defensor de perímetro excelso (además de uno de los mejores tiradores de la historia), cualidad que se puede ver resentida por estos últimos graves problemas físicos.
Aunque parece que la defensa no es un problema el equipo, ya que este año se encuentran con un defensive-rating de 99,8 (1º de la NBA) permtiendo tan solo 102,3 puntos por partido (2º de la NBA). Los Warriors ya fueron un gran equipo defensivo la temporada pasada y este año han mejorado aún más sus prestaciones en ese lado de la cancha. Gran parte del buen rendimiento del equipo en ese aspecto se debe a tener a Draymond Green en su equipo. El DPOY de 2017 sigue siendo el líder de esta defensa con esa agresividad y ese IQ que le caracteriza, pero su influencia no se limita a lo táctico, Green también es un jugador con una importancia moral capital en este equipo. La defensa exterior de los de Steve Kerr también se ha visto potenciada por la aparición de un jugador como Gary Payton II. El hijo de The Glove ha comenzado su sexta temporada en la liga consiguiendo consolidarse al fin en un equipo competitivo brillando en facultades que su padre ya llevó a su máximo esplendor. Payton es puro carácter, un defensor intenso y agresivo que no tiene miedo a intentar el robo y que cada vez lleva más focos encima cuando salta a la pista.
Otra virtud de Draymond es su desarrollada capacidad para el playmaking del equipo. Este aspecto del ala-pívot se ve potenciado al jugar con un base como Stephen Curry. El dos veces MVP es, probablemente el mejor jugador off-ball de la historia, lo cual provoca mucho dinamismo en la circulación de balón dentro de ese ciclo de cambios de los defensores rivales en los bloqueos indirectos por los que pasa Steph hasta que se encuentra la ventaja en alguna acción de sencilla definición como un tiro liberado, el buen desarrollo en un pick and roll o el lob-threat con el que cuentan por parte de jugadores atléticos como Andrew Wiggins, Gary Payton II u Otto Porter Jr. Este juego combinativo ha hecho que los de Golden State sean el mejor equipo en asistencias de la liga con un promedio de 30,3 por partido.
Pero este equipo no se entiende sin su estrella. Stephen Curry, el ADN de esta franquicia, ha vuelto a comenzar la temporada a un nivel antológico, similar al mismo con el que acabó la campaña anterior. El 3 veces campeón realizó una temporada 2020-2021 de nivel MVP con unos promedios de 32-5,5-5,8, este espectacular ejercicio no se cristalizó con ningún galardón debido a la baja posición del equipo en temporada regular, recordemos que quedaron 8º perdiendo en el Play-in ante los Lakers. Aun así, Chef Curry se encuentra en su mejor momento, en un punto de madurez que le hace capaz de liderar a este equipo, nuevamente, a lo más alto.
Otro jugador a destacar es Jordan Poole. El exterior ya brilló en la pretemporada y ha sabido trasladar este nivel a la temporada regular ubicándose entre los nombres más repetidos para ganar el Most Improved Player junto a otros nombres como OG Anunoby o Tyler Herro. Poole le ha brindando a los Warriors esa chispa ofensiva que necesitaba el equipo en los minutos sin Curry y que ha hecho que los equipos rivales tengan otro foco en el que poner su atención defensiva más allá de Steph.
Este debe ser el año, sin Kawhi en los Clippers y con todos los problemas del mundo en fit, química y lesiones en Los Ángeles Lakers. Los Golden State Warriors se encuentran ante su momento de redimirse de esta etapa oscura que comenzó con aquella derrota ante Toronto Raptors en las finales de 2019, ese fue el inicio del ocaso para los de la bahía. Le siguieron las marchas de Kevin Durant, André Iguodala el cual ha regresado este año) y la, ya mencionada, lesión de Thompson.
No queremos sobrerreacionar con sólo 11 partidos disputados en la competición, pero si algo está claro es que la vieja guardia de los Warriors (Curry, Green, Iguodala) está de vuelta y recargada con sangre fresca. Y recuerden, esto es solo el principio, el regreso de Klay y James Wiseman está a la vuelta de la esquina. El mejor equipo de la pasada década quiere volver a dar el golpe sobre la mesa, la pregunta es: ¿Habrá este año algún Cleveland Cavaliers capaz de hacerle frente?
sensacional
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